viernes, 13 de junio de 2014

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La psicología forense, desde sus orígenes, tiene dos retos fundamentales:

• La elaboración de instrumentos de evaluación específicos para su campo que, por un lado, puedan sortear la manipulación de los peritados (ganancia secundaria derivada del informe forense); y por otro, midan aquellas cuestiones de interés psico-legal minimizando en lo posible el grado de inferencia del perito (subjetividad de los resultados)

• La consolidación de criterios técnicos basados en la evidencia científica para apoyar su toma de decisiones forenses.
http://www.ustatunja.edu.co/ustatunja/files/Posgrados/Especializacin_Psicologia_Jurdica_y_Forense.pdf
Básicamente el psicólogo forense debe contar con formación en las siguientes áreas:


  • Psicopatología criminal y forense. Además de Psicopatología General (semiología y nosología) el perito psicólogo debe conocer la criminodinamia y delictogénesis de los trastornos mentales (Eje I y Eje II), los distintos procesos de victimización criminal y sus repercusiones psicológicas (psicopatología traumática), así como la valoración forense de las repercusiones legales de los trastornos mentales.
  • Psicología evolutiva y desarrollo atípico infantil.
  • Psicología Criminal o Psicología de la Delincuencia. El estudio de la carrera criminal y de los factores de riesgo/protección delictivo ayudarán a establecer el perfil psicológico del infractor, ayudando al juzgador a la individualización de la pena más allá de la mera valoración de la esfera cognitiva y volitiva (imputabilidad)
  • Psicología del Testimonio. Estudio de los procesos básicos (atención, percepción y memoria) aplicados a la valoración de la prueba testifical
  • Técnicas y habilidades para la aplicación de la evaluación psicológica al contexto forense. La entrevista, las pruebas psicométricas, proyectivas y neuropsicológicas en su aplicación al contexto pericial.
  • Formación en técnicas propias del ámbito forense: escalas de valoración del riesgo y procedimientos para valorar la credibilidad del testimonio en supuestos casos de abuso sexual infantil.
  • Guías para la elaboración del informe psicológico forense, así como técnicas y habilidades para enfrentar la ratificación en el acto de juicio oral.
  • Formación específica en la aplicación de la ética y la deontológica al campo forense.
  • Además el psicólogo forense debería pasar un periodo de prácticas supervisadas rotando por las distintas jurisdicciones (Juzgados de Familia, Institutos de Medicina Legal, Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, Fiscalía y Juzgados de Menores, etc.).


JOSÉ MANUEL MUÑOZ
Coordinador de la Sección de Psicología Jurídica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

La psicología forense, pericial o psicología aplicada a los tribunales, es la rama de la Psicología Jurídica que aplica sus conocimientos y métodos a los procedimientos judiciales con el fin de asesorar al juzgador en su toma de decisiones (resolución judicial). Esta especialidad de la psicología está reconocida por el órgano colegial desde el año 1998.

La función principal del psicólogo forense, con independencia del órgano judicial que solicite su intervención, será la emisión de informes periciales (medio de prueba). El psicólogo forense puede intervenir en el proceso judicial bien como perito designado judicialmente (psicólogos adscritos a la Administración de Justicia o designados por sorteo y lista corrida –art. 341.1 LEC-) o a instancia de parte.

Si bien, otros psicólogos especialistas en otras áreas de la psicología aplicada (clínica, neuropsicología, educativa, experimental, etc.) pueden actuar en la sala de justicia como peritos o expertos a requerimiento de los distintos operadores jurídicos (jueces, fiscales o abogados), será el psicólogo forense, por su formación específica, el psicólogo especialista en la realización de valoraciones psico-legales (puesta en relación de aspectos psicológicos con cuestiones jurídicas).

Psicologia Forense

FORENSE



Forense proviene de la palabra foro: Lugar donde se reunían los ciudadanos para discutir sus problemas comunes, sus derechos. Muchas veces se contrataban oradores, para defender sus derechos. En la actualidad, el término forense designa, por reducción, a las disciplinas de las que se nutre la Justicia para su funcionamiento, incluídas autopsias, morgue, etc.
La psicología forense es entonces la intersección entre dos ciencias: la psicología y el derecho. Que si bien tratan el mismo objeto de estudio (la persona); sus enfoques y sus métodos
 
son diferentes; ergo sus conclusiones también. Al describir a continuación estas diferencias, no sólo se alude al concepto de opuesto, sino también al concepto de complementario. La dialéctica entre lo opuesto y lo complementario dará conclusión necesaria para una praxis.
La psicología no puede juzgar, demandar o defender y el derecho no puede dar explicaciones a las motivaciones de la conducta. La psicología estudia la conducta iluminada por sus vivencias; el derecho tipifica una conducta estimada socialmente como delito. En psicología cuanto más inconsciente es la conducta, “más patológica será”, en derecho cuanto más inconsciente es la conducta, “más inimputable será”.
Respecto al concepto de enfermedad previa: en psicología se explica la patología como “series complementarias”, la combinación de factores previos con un factor desencadenante; en derecho lo necesario es saber cuánto de esa patología (Ej.: stress postraumático), fue “previo al hecho ventilado en autos y/o cuanto posterior”. Para la psicología daño moral y daño psicológico son conceptos similares; para el derecho no. Para el derecho es importante debatir si la función de una multa es compensar en alguna manera a la víctima o castigar el delito, mientras que en psicología éste es un tema menor.